Mío el llanto del violín
que las olas devoraban
mía la sal del mar
que se encuentra en mis lágrimas
mío tu silencio cruel
que humedece mis sábanas
blancas
mía la soledad
que a mi alma la abrigaba
mío tú fantasma
que en mis sueños me habitaba
mío el áncora
que a tu costado sujetó un día
mi barca
siendo tú un hombre de mar
que a muchas playas llegaba
y yo ilusa cándida y enamorada.
Imàgen tomada de internet
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