Sé que ahora
tus pupilas
y tu corazón
están lejos
muy lejos
de nuestro nido
y yo me siento
deshecha
como una hoja
de un otoño
que no deja
rastro de su paso,
como si solo
hubiera asistido
a tu última agonía.
y sabes, los punteros
del reloj
no se detienen
y pronto pasaras
inadevertido
y quizá
te sentirás
ileso y ganador
de una batalla
pero lleno
de un vacío
infinito
con un hielo
que te partirá
en dos el alma,
y mi verbo
en un
silencio cruel
sin decir nada
de lo que
ha vivido.
Asoreth
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