jueves, 24 de diciembre de 2015

La navidad existe



Anoche, apagué el ordenador y se hizo el silencio.

Un silencio espeso, velado por luces de Navidad que han colocado a lo largo de la calle en la que vivo ahora de paso, como un ave que busca el lejano árbol donde asentarse, en algún punto de la línea imaginaria de los Andes, que divide Ecuador en dos mitades.

Sobre el silencio, planeaba una voz distante pero absolutamente inteligible.

-Amor mío, ¿Eres real...existes?.

La voz fue acercándose golpeando mi cerebro, ¿Eres real, eres real...?.

Jamás, ni en los sueños que nunca consigo recordar, oí una voz tan dulce interrogándome... ¿Eres real, eres real...amor mío?.
Pensé en la Navidad tan próxima ya, en las historias de mi abuelo Paco cuando allá en la lejana Córdoba, me sentaba entre sus piernas y hablaba y hablaba de los milagros de la Navidad.

Soy ateo -me dije-, los milagros no existen, estoy poseído por alguna alucinación inexplicable. Me desnudé arrojándome al lecho, cubriendo mi cabeza con el edredón, en tanto la voz seguía retumbando mis oídos... luego, la voz rebotaba en las paredes y el techo de la pequeña habitación:

-Te amo, eres la razón de mi existencia...

Tardé horas en entregarme al sueño y al despertar, por primera vez en mi vida recuerdo como si lo hubiese vivido en realidad, lo que ocurrió esta madrugada.

Una mujer se introdujo en mi cama y me abrazó con ternura y con pasión desmedida y sentí como mi corazón latía más veloz que nunca, su voz ahora tan cercana no paraba de expresarme su amor y dejé que mi corazón hablara por mí.

Ahora, sentado frente al ordenador, escribo apresuradamente estas líneas, esperando que la voz vuelva esta noche y cada noche de mi vida y su dueña me tome entre sus brazos lentamente, guardando el sueño del niño que aún vive en los pliegues más oscuros de mi ser.

-¡Abuelo, abuelo, escucha, los milagros de la Navidad, son ciertos!



De FSS  para Asoreth  24-12-2015


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